Mes de la concienciación sobre el Autismo

Mar 31, 2015

Lic. Amparo Villasmil. 

Para los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) puede ser difícil asistir al colegio por una gran variedad de razones, generalmente relacionadas con la dificultad en la comunicación, habilidades sociales y la sensibilidad sensorial. Sin embargo, hay mucho que los maestros, el personal de apoyo e incluso otros alumnos pueden hacer para ayudar.

¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?

El Trastorno del espectro Autista (TEA) es una condición, basada en un conjunto de alteraciones que afectan el desarrollo infantil. Se caracteriza porque los niños tienen problemas para establecer interacciones sociales, comunicarse y comportarse. La forma en que se manifiesta varía de un niño a otro, tanto en cuanto al tipo de alteraciones como a su gravedad

Características más comunes

  • Las interacciones pueden ser aisladas (es decir, que evita la interacción), pasivas (que existe una relación pero no es buscada) o activa con características extravagantes (en algunos momentos pueden actuar de una forma poco común con sus pares).
  • El lenguaje generalmente es adquirido de una forma tardía, en algunas ocasiones presentan ecolalia, es decir la repetición de palabras o frases dichas por los demás.
  • Muchas veces existen las conductas estereotipadas, las cuales son conductas repetitivas, persistentes y reiteradas, que tienen como función aparentemente proveer al niño de una retroalimentación sensorial. Ejemplos: balanceo rítmico del cuerpo, aleteos, posturas extravagantes, entre otras.
  • Pueden ser sumamente sensibles ante sonidos fuertes, texturas que otras personas toleran (como por lo menos algunos alimentos).

¿Cómo se ve afectada la dinámica escolar?

  • Área: Comunicación

Dificultades:

Explicar lo que necesitan o responder a una pregunta verbal.

Contar un evento o incidente: algunos niños pueden contar la historia detalladamente, sin diferenciar entre información relevante e irrelevante. También se les puede dificultar interesarse por historias fuera de su experiencia personal. Así como, pueden hablar de su tema favorito a profundidad.  Al hablar de sus intereses, pareciera que lo niños estuvieran hablándole a las personas más que con ellas, por lo que se pueden mostrar indiferentes al nivel de interés del otro sobre el tema.

Frecuentemente son muy literales: se les puede dificultar entender las metáforas y el sarcasmo, así como, la lectura del lenguaje no verbal.

  • Área: Seguimiento de instrucciones

Dificultades:

Debido a las dificultades en la comunicación y en la capacidad de generalizar las acciones, el niño puede presentar problemas en el entendimiento y seguimiento de instrucciones.  Pueden seguir unas sí y otras no, así como, seguir la misma instrucción en unos momentos y no en otros.

Puede entender comandos sencillos, pero presentar dificultades con instrucciones muy largas o complejas.

Pueden presentar dificultades en cambiar su atención de una actividad a otra.

Necesitan tiempo para procesar la instrucción.  Es importante tomar en cuenta que si se le va a repetir la indicación, debe realizarse utilizando las mismas palabras, ya que cambiarlas implica que el niño tenga que procesar más información y podría frustrarse.

  • Área: Reglas del salón y habilidades sociales

Dificultades:

Algunos niños no entienden el concepto de pertenencia, por lo que pueden utilizar las cosas de los otros niños o entrar en su espacio personal sin permiso.

No necesariamente están conscientes de los sentimientos de las otras personas y el efecto que puede tener su comportamiento en los otros.

Les puede costar seguir las reglas del juego o esperar su turno.

Debido a la sensibilidad sensorial, algunos niños pueden resistirse a realizar algunas actividades como jugar en la arena, utilizar pega o pintura o jugar juegos que involucren contacto físico.

Algunos niños les gusta seguir las reglas al pie de la letra. El cambio de rutina puede ser molesto y les puede generar ansiedad.

  • Área: Atención

Dificultades:

El ambiente del salón de clase puede estar sobrecargado de estímulos que los pueden distraer.

Les cuesta concentrarse en más de una pieza de información al mismo tiempo.

Una situación en la que deban escuchar lo que otro dice, así como leer información no verbal, como lenguaje corporal, se les puede dificultar.

¿Qué puedo hacer?

  1. Conoce las necesidades del niño

La familia es la primera y mejor fuente de información sobre su hijo y sobre el autismo tal como se manifiesta en el comportamiento de ese niño y en sus actividades diarias. Es recomendable reunirse con los padres antes de comenzar el año escolar, ya que estos pueden indicar las características del niño, así como consejos sobre cómo interactuar con él.  Igualmente es importante desarrollar relaciones con otros profesionales que trabajen con el niño (terapeutas ocupacionales, de lenguaje, psicólogos, etc.) y comunicarse regularmente para discutir el progreso y las necesidades.

    2.   Establece una rutina

Los niños con autismo suelen ser más exitosos en un ambiente estructurado y rutinario.

Estructura el ambiente

La estructura física del salón de clase, es decir, como están distribuidos los espacios y los materiales que encontramos en él, es un aspecto importante a tomar en cuenta. Lo que ve el alumno con autismo ofrece claves que le informa o sugiere la actividad que va a realizar, así como los materiales que puede utilizar.  Defina las áreas del salón: Usando estantes y armarios, cree áreas de trabajo individual, áreas de tiempo libre y áreas abiertas de discusión, mantenga el aula organizada de la misma manera • consistentemente designe un asiento al estudiante con autismo

Anticipación

A los niños con autismo se les puede dificultar o resultar molesto los cambios de una actividad a otra, por lo que resulta efectivo anunciarle previamente al niño mediante dibujos u objetos, la secuencia de actividades que se realizarán en el día.

Esta estrategia es siempre útil y tiene muchas aplicaciones. Sirve para anticipar cambios de actividades, para avisar que algo no ocurrirá como el niño o niña esperaba, para darle información sobre un sitio nuevo que se visitará, o para aclararle el comportamiento que se espera que tenga.

Reglas e instrucciones claras

Es importante que al iniciar el año escolar se establezcan las reglas de salón y se le informe al niño lo que se espera de ellos. Puede servir tenerlas escritas o con dibujos en algún lugar del salón.

Igualmente es frecuente que los niños con autismo no sigan las instrucciones que reciben, por lo que es fundamental que aprendan el significado de las instrucciones y que las cumplan como los demás compañeros. Se puede iniciar con instrucciones simples, es decir, de un solo comando o acción y a medida que el niño vaya ajustándose a esas instrucciones se van complejizando.

Es un Error darle una instrucción al niño si este no está atendiendo. A veces los niños con autismo pueden parecer abstraídos de la realidad. No se debe dar la orden desde lejos, o cuando el niño o la niña está muy concentrado en algo. Antes de darle la instrucción llamarle por su nombre, o darle un toque en la espalda o brazo puede servir para llamar su atención.

Darle un tiempo para que procese la información es importante. Luego de dar la instrucción dele un tiempo prudencial al niño (entre 6 y 10 segundos) para reaccione antes de repetir la instrucción nuevamente. Ya que darle la información otra vez inmediatamente o una y otra vez, puede confundir al niño debido a la excesiva cantidad de información que le está proporcionando en un corto tiempo.

Es de suma importancia no dejar una instrucción sin cumplir. Es necesario asegurarse que el niño o la niña realicen la acción indicada en la instrucción, para que esas palabras tengan significado.

3.    Utiliza ayuda visual

En los apartados anteriores se ha enfatizado en el uso de dibujos para ayudar al niño a anticipar las actividades, ajustarse a los cambios de actividades y seguir las reglas. Esto se debe a que los niños con autismos aprenden mejor cuando se usan elementos visuales para apoyar lo que se dice, por lo que es recomendable utilizar dibujos en secuencia para enseñarle nuevas conductas. Incluso el uso de cuentos o historias animadas puede facilitar la comprensión de diversos temas, incluyendo aquellos que involucren emociones, valores y formas de relacionarse con los otros.

4.      Reducir las distracciones

Debido a las alteraciones sensoriales que pueden tener los niños con autismo, los salones de clase pueden ser un lugar con mucha estimulación que les puede dificultar concentrarse. Si el pasillo está ruidoso, cierra la puerta. Deshazte de juguetes o juegos que no estén usando. Almacénalos en el armario. Un niño con autismo podría querer fijar su atención en otros objetos o ruidos en vez de la lección.

Determinar el período de tiempo máximo que el niño puede mantenerse atento a una actividad. Adaptar la cantidad de tarea y/o el tiempo de trabajo continuo al período máximo de atención del niño, permitiéndole descansar a ciertos intervalos (Ej: 30 minutos de trabajo continuo – 5 minutos de descanso). Ir aumentando progresivamente el tiempo de trabajo y/o la cantidad de tareas, extendiendo el tiempo entre cada intervalo de descanso. También se le puede dar al niño tareas cortas las cuales no requieren de una atención prolongada para que así tengan éxito. Luego gradualmente aumente el tiempo de ejecución.

5.      Enseña independencia

Es frecuente asumir que cuando una persona enfrenta dificultades de cualquier tipo o tiene necesidades especiales, deben tener a alguien que constantemente haga todo por ellos. Sin embargo, esto puede resultar poco beneficioso para el niño con autismo. Es mejor mostrarle cómo hacer las cosas por sí mismo, de forma que pueda adaptarse mejor al ambiente.

Exigencia acorde a su desarrollo

Es importante tener siempre en cuenta lo que se debe aprender en cada etapa del desarrollo y en las diferentes áreas (motora –gruesa y fina- , cognitiva, social, comunicación, entre otras). Es posible que el niño con autismo no aprenda al mismo ritmo que sus compañeros, pero esto no implica que se deba desistir. Hay diferentes formas de ayudarle y brindarle apoyo para el aprendizaje:

 

  • Mostrar lo que otro niño o niña hace. El modelo es el mejor apoyo para que un niño o una niña con autismo aprendan, porque ya se sabe que su estilo de aprendizaje es visual.

 

  • Acompañamiento de sus compañeros. Esta estrategia se conoce como “pares tutores” y consiste en buscar compañeros que le ayuden al niño o a la niña a realizar la actividad

 

  • Dividir la tarea en pequeños pasos y hacer un dibujo o una fotografía de cada paso. Mostrar en imágenes cada paso que se va a realizar le ayuda al niño o a la niña con autismo a completar una tarea.

 

Exigir las mismas normas de comportamiento

Es un error utilizar el TEA como justificativo para el comportamiento y por ende desistir en exigirle al niño que cumpla las normas o reglas o enseñarle a comportarse en diversos contextos. Manteniendo la recomendación de apoyo visual, se pueden ilustrar las normas o hábitos que se esperan, así como aquellas que no.

Se debe hacer cumplir las normas, esto implica que el niño debe cumplir la instrucción en vez de permitirle evadirlas.

6.      Importancia de los elogios

Es fundamental mencionar y reforzar las aproximaciones al comportamiento deseado por pequeñas que sean; esto ayudará a que se incrementen, lo motivará a esforzarse más y mejorará su autoestima. Por otro lado, sí esta táctica se emplea con todo el grupo en el colegio ayudará a que los demás niños también se esfuercen en repetir la conducta que fue reforzada en su compañero (Reforzamiento Diferencial o RDO). Es fundamental reforzar las aproximaciones a la meta que se quiere lograr. Recuerde que debe ser específica explicando brevemente qué fue lo que hizo bien.

Refuerce diferencialmente, felicitando a aquellos alumnos que estén comportándose de forma esperada. Por ejemplo, si el niño está de pie cuando debería estar sentado, se puede felicitar a otros compañeros o pedir aplausos para aquellos niños que estén realizando la conducta esperada. Al lograr que el niño también se siente, refuércelo de la misma manera Decirle “muy bien”, “esto te quedó excelente”, “así era” También hacerlo con expresiones como un aplauso, una sonrisa, un gesto manual. Emplear signos como una cara feliz, un sello. Esta estrategia es muy útil para lograr el control del grupo sobre conductas como: permanecer sentado, realizar la actividad propuesta, hacer silencio, caminar en lugar de correr, hacer la fila para entrar al salón, etc.

Ignorar conductas inapropiadas poco relevantes (retirarle la atención, ver a otro lado, hacer como que no lo ve, o retírese del lugar). En su lugar, emplee el reforzamiento diferencial (refuerce a los niños que están en silencio o atentos o sentados, etc.)

Evite “engancharse” cuando se muestre retador o trate de llamar la atención desobedeciendo o con algún otro comportamiento inadecuado, pero no por ello deje de aplicar una consecuencia cuando la falta es mayor. En ese caso, puede suspender privilegios (tiempo de juego, actividad favorita, tener menos tiempo de receso, no quitarlo por completo) o aplicar tiempo fuera.

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