Migración y familia

Sep 2, 2021

Muchas familias han tenido que considerar actualmente la migración como una opción para mejorar sus condiciones de vida. Hasta ahora, más de 5.000.000 de venezolanos se encuentran viviendo en otros países.

Emigrar tiene múltiples implicaciones sociales, económicas, políticas, culturales y tiene un impacto individual y familiar relevante. La emigración trae consigo una separación de las familias, lo cual incrementa los retos de irse a otro país.

Si bien existen distintos tipos de separaciones familiares, una parte importante tiene que ver con la separación física de niños y sus padres, dejando estos al cuidado de abuelos u otros familiares o personas conocidas. En la actualidad, se estima que alrededor de 900.000 niños han sido dejados atrás en Venezuela mientras sus padres buscan mejores oportunidades de vida.

La decisión de migrar se trata de un hecho familiar y social, por lo cual, la familia debe atravesar cambios y reconfiguraciones en su dinámica, que abarca una nueva distribución de roles y funciones en cuanto al mantenimiento económico del hogar, las tareas domésticas y las relaciones afectivas. Ante esta situación se ven comprometidos distintos actores familiares como abuelos, tíos, hermanos, primos, amigos o vecinos, quienes se convierten en una fuente importante de apoyo tanto para quien decide emigrar como para los familiares que se quedan.

Frente a la distancia física, las familias desarrollan diversas estrategias que les permitan no solo mantener y preservar el vínculo familiar, sino también asegurar el cuidado físico, psicológico y emocional de sus seres queridos. Uno de los retos más importantes frente a esta situación tiene que ver con la forma en cómo se mantienen los vínculos afectivos pese a las fronteras físicas, es decir, que los miembros de la familia se encuentren unidos emocionalmente, aunque estén separados físicamente.

Algunas de las estrategias que contribuyen a la unión familiar a través de las fronteras son:

· Fortalecimiento de la red familiar con los miembros que se queden en el país de origen.

· Intercambios familiares que incluyan llamadas, fotografías, correos electrónicos, regalos: esto fortalece el vínculo familiar ya que es una manera de compartir el día a día y mantenerse emocionalmente cerca. Las videollamadas son especialmente importantes ya que ver a la otra persona mediante la pantalla ayuda a compensar su ausencia física.

· Celebración de fechas importantes como cumpleaños, graduaciones y otros eventos.

· Envío de remesas materiales: se trata de apoyo material que se puede ejecutar desde la distancia para contribuir a mantener y mejorar la calidad de vida de quienes se quedan en el país. Esto representa el compromiso del migrante con su familia y abarca envío de dinero, cajas de comida, medicamentos, cubrir gastos de escolaridad e incluso recreación.

Entender que la emigración está marcada por múltiples duelos y por retos de adaptación, por lo cual acompañar y contener en la tristeza, la ansiedad, la soledad y el estrés es un recurso valioso e importante.

Mantener una comunicación abierta y hacer partícipes a los miembros del núcleo familiar sobre las decisiones que se tomen.

Una de las situaciones más retadoras es cuando uno o ambos padres quienes cumplían con las labores de cuidado principal deciden emigrar dejando a sus hijos al cuidado de otros familiares o amigos.

Ellos se convierten en una red de apoyo fundamental en la gestión del cuidado de los niños y de la articulación del vínculo familiar. Estos nuevos cuidadores asumen un rol central en un momento altamente retador y de riesgo en el desarrollo de los niños pero supone un acto de protección clave e incluso puede aliviar el sufrimiento de la separación física sobre todo cuando los niños se reconozcan bien cuidados y amados.

Los hijos cuyos padres deciden emigrar sin ellos pueden atravesar sentimientos como la tristeza, la culpa o incluso el resentimiento, por lo cual el apoyo familiar, tanto de sus padres como de sus otros familiares es de suma importancia.

La idea es que la familia actúe como una red de apoyo para atenuar estos sentimientos, fortalecer los vínculos y disminuir la probabilidad de las conductas que pongan en riesgo a estos niños.

En pro de esto, la red familiar debe procurar construir relaciones afectivas positivas y de calidad en donde se contemplen la protección de derechos básicos y los espacios de estimulación que promuevan el óptimo desarrollo del niño, niña o adolescente.

Protección de derechos básicos:

. Alimentación.

. Hogar.

. Acceso a la educación formal.

· Espacios donde el niño se pueda identificar con la familia y sentir que pertenece a ella.

. Seguridad: compañía, colaboración y ayuda.

Desarrollo óptimo de niños, niñas y adolescentes:

. Afectividad: expresión de sentimientos de cariño y agrado.

· Formación de valores como amor, bondad, honestidad, respeto y dignidad.

· Recreación: espacios de descanso y esparcimiento.

. Enseñanza de normas: orientaciones sobre el comportamiento.

. Propiciar espacios donde se desarrolle la libertad de expresión y el autoconcepto.

Como vemos, se trata de un proceso que involucra muchos aspectos y si bien tomar la decisión de partir y separarse puede llegar a ser difícil, se pueden hacer cosas dentro de la propia familia para mitigar el impacto negativo y así mantener los vínculos familiares mientras se está lejos físicamente.

https://ladoctoraadi.medium.com/migraci%C3%B3n-y-familia-c%C3%B3mo-apoyar-a-los-hijos-que-se-quedan-8c134921e038

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